Las Agujas de Tabarka constituyen una de las atracciones turísticas del paisaje de la región.

En Tabarka, en este extremo noroccidental de Túnez, no lejos de la frontera con Argelia.

En el nivel geomorfológico, estas “agujas” corresponden a relieves verticales sobresalientes formados por una sucesión de masivos bloques de arenisca gruesa, de unos diez metros cada uno, separados por valles de arcilla relativamente más suaves.

Estas protrusiones de arenisca, esculpidas en escarpados acantilados, pueden alcanzar los 25 metros de altitud. Estos relieves de arenisca, sujetos a la acción simultánea de la lluvia y el viento, crean estructuras arqueadas, bajo las cuales los visitantes pueden caminar, siguiendo el camino sinuoso que bordea la costa.

Compuestos de arenisca oligocénica, rica en hierro, es la erosión la que ha esculpido estas formas extravagantes de color rojizo que forman espolones. En coche, se puede llegar en 2 minutos. Se aparca en el estacionamiento y se admira. Es tranquilo, pacífico y muy hermoso.

En el nivel geológico, esta sucesión de niveles alzados verticalmente, en dirección norte-sur, es el resultado de la erosión diferencial por vientos salados y tormentas provenientes del mar, areniscas y arcillas de Kroumirie, término medio de la unidad numídica alóctona.

Estos acantilados, que forman la columna vertebral de la costa de la región, se extienden a lo largo de más de 6 km a lo largo de la costa desde el antiguo puerto de Tabarka hasta el puesto fronterizo de Malloula, con un espesor total de unos 2.000 m.