TÚNEZ

La ciudad de Túnez es, ante todo, su medina, una de las más bonitas del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sus mezquitas, su zoco de calles estrechas y coloridas. Pero también se puede llegar a agradables playas en menos de media hora, así como descubrir los lugares imprescindibles de la costa norte: el pueblo de Sidi Bou Saïd, famoso por su arquitectura tradicional, sus puertas de madera tachonada y sus encantadores cafés moriscos. Tampoco hay que dejar de visitar las ruinas de Cartago por su entorno y su dimensión cultural de primer orden.

Aunque la medina de Túnez da la impresión de ser un auténtico laberinto, es fácil orientarse gracias al minarete de la Gran Mezquita (o mezquita Zitouna) situado en el centro de las calles cubiertas. Los callejones y pasajes cubiertos están ordenados por todas partes. Generalmente avanzamos siguiendo el flujo de los paseantes, porque las calles son bastante estrechas. Pero es un placer caminar entre las bolsas de especias, las vitrinas de tejidos, los pufs de cuero y las cerámicas. ¡Se sentirá tentado por muchos objetos! Para tener una vista panorámica del casco antiguo, solicite acceder a la terraza de una de las tiendas del zoco.

Siempre en la medina, para comer o cenar en una buena mesa, recuerde dos direcciones: el Dar El Jeld, situado en la calle del mismo nombre, y el Dar Bel Hadj, rue des Tamis. Dos establecimientos que ofrecen un entorno distintivo y una cocina refinada a precios razonables.